martes, 24 de abril de 2012

Hay dolores que permanecen. Dolores bonitos.

Y ves como todo se ha acabado. Y no ha acabado precisamente como tú te esperabas. Pero eso no es más culpa, que tuya. Antes de actuar, recuerda. Recuerda que hubo un tiempo en el que las sonrisas volaban. Recuerda que hubo un tiempo en el que las miradas echaban fuego. Que hubo un tiempo en el que las manos bailaban solas, al compás de los cuerpos. Que hubo un tiempo en el que erais felices juntos. Recuerda todo eso. Y puede que ahora ya no quede nada, pero intenta hacerlo bien, que cuando ella hable se sienta orgullosa al decir 'Ese chico, ese. Ese estuvo enamorado de mí'. Haz que su sonrisa parezca un Sol después de esa tormenta de lágrimas. Pero, sobre todo, recuerda: hubo un tiempo en el que estuvisteis enamorados. Y lo más importante: no hagas que ella se arrepienta de nada.


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