lunes, 28 de mayo de 2012

'Entonces hagamos nuestro este mundo.'

'Hola, soy yo. Ese chico que te quiere. Ese chico distinto a los demás, que por más que lo intenta no sabe cómo hacer para hacerte saber todo lo que siente. No soy como todos los demás. No puedo darte un giño de ojos sensual, ni una mirada pícara, ni una vista deseosa a tus labios. Soy ese chico que se esconde y se conforma con observarte de lejos. Dios... si pudieras verte desde lejos. Que se me eriza la piel cada vez que sale un simple suspiro de tu boca. Que me entran escalofríos cada vez que te pasas la lengua por el borde de los labios para humedecerlos. Que siento un nudo en el estómago cuando pasas una mirada rápida a cualquier otro idiota de los que tienes a tu alrededor. Que se me corta la respiración cuando ese idiota soy yo. Lo se, puede que no se me note mucho. Pero mi cuerpo se estremece cada vez que lo imagino junto al tuyo. Que puede que te mire como a otra cualquiera, pero en mi cabeza solo pasan cosas únicas. Cosas únicas que con muy mala suerte, y puede que sea lo más probable, no lleguen a ocurrir nunca. Tienes razón al pensar que soy un estúpido comportándome de esta manera tan discreta cuando lo único que quiero es que la discreción entre tú y yo desaparezca, pero tendrás que perdonarme, porque esta es mi forma de ser. Pero no te preocupes pequeña, porque tarde o temprano, y espero, más deseo, que la segunda opción, encontraré la solución a todos nuestros problemas con un simple beso que te haga plantearte cosas que nunca hubieras imaginado que te llegarías a plantear. Porque si tú también quieres, este mundo será todo nuestro, princesa.'

domingo, 27 de mayo de 2012

El primer paso es decidir por uno mismo el nivel de importancia de las cosas.

Lo único que quiero es cerrar los ojos y que todo se desvanezca. Que venga una ráfaga de viento y se lo lleve todo como a unas minúsculas motas de polvo. Si, minúsculas. Ojalá fuesen minúsculas. Igual de minúsculas como mi tristeza delante de todos, como mi atención cuando alguien me habla de ese tema, como la importancia a la que ven que le doy. Igual de minúsculas que mis sentimientos mostrados a la gente de mi alrededor. Pero, desgraciadamente, son todo lo contrario. Son motas de polvo gigantescas. Igual de gigantescas como mis lágrimas noche tras noche con la palabra 'desperdicio' grabada, como mis crujidos al escuchar palabras que hubiera deseado no escuchar nunca, como las risas sin sentido y las sonrisas forzadas que se apoderan de mi día tras día. Igual de gigantescas como esas obras de teatro diarias tituladas 'Parte uno: Crees que me importa lo más mínimo lo que ella sufre'; 'Parte dos: Lo se, te parezco una egoísta'; 'Parte tres: 'Solo intentaba alejarme todo lo posible para no sufrir'. Y lo malo, al fin y al cabo, es que justamente esa obra, dudo mucho que tenga un final feliz. Aunque lo peor de todo, y el mayor fallo que cometemos la mayoría de los seres humanos, es que le damos demasiada importancia a cosas que no se merecen ni una décima parte de la que le vemos, y desaprovechamos regalos del día a día que, aunque parezcan simples y de adorno, son lo mejor que podemos tener.

sábado, 19 de mayo de 2012

Vale, el amor aveces también permanece.

Es como un bucle de sentimientos. Un remolino interminable que no acaba nunca. Y cuando parece que está a punto de desvanecerse vuelve al mismo punto de partida del cual conseguiste escapar pero que al final no ha servido de nada. Has conseguido controlar tus sentimientos durante todo este tiempo, y aunque tu cabeza te hace pensar que al recordar esas noches no vuelve a sentir nada, hay otros factores que te indican todo lo contrario. Las miradas que antes eran un simple contacto ahora se vuelven un intercambio de sensaciones y recuerdos. Las sonrisas que eran un simple 'Gracias' o un caprichoso 'Cállate idiota' ahora se vuelven un significante 'Gracias por todos esos momentos' o un deseado 'Cállate idiota, y bésame'. Así que no se como acabará esto, pero si volvemos al punto de partida del que un día partimos rumbo a la felicidad sin miedos, sin odios ni momentos dignos de no recordar, espero que cuando se acabe, se acabe de verdad.

viernes, 11 de mayo de 2012

Cómo la primera vez después de la segunda, de la tercera, de la cuarta....

¿Cuánto tiempo hacía que no me sentía así? A decir verdad, tampoco mucho. Como una hormiga en un mundo de gigantes. Como un cero en un mundo de infinitos. Como un punto oscuro en una habitación plenamente iluminada. Y es cuando me doy cuenta de que este mundo no es para mi, una niña que puedo, pero nunca llegaría a conseguirlo; que quiero, per nunca me levantaría a luchar por ello; que se que lo podría conseguir, pero me autoconvezco de que no llego. 
Este mundo es para gente con autoestima, con confianza en sí mismo, con seguridad propia. Este mundo es para gente que sabe lo que quiere, sabe lo que puede hacer y que sabe de lo que es capaz de realizar para conseguirlo. Este mundo es para gente sin miedos, sin fronteras, tan solo con muros casi invisibles en los que son capaces de escabullirse y cruzarlo sin el mínimo esfuerzo. Y todo esto vendría a ser lo mismo que todo lo contrario a mi.
Y vuelven las lágrimas. Esas lágrimas con ese sabor tan amargo y ácido. Amargura de decepción en mi misma, y al mismo tiempo acidez de maldición hacia mi propia persona. Lágrimas distinas a todas las demás, de las que no se borran con sonrisas del día a día, sino con metas ganadas y sueños cumplidos, pero lo único que consigo en estos momentos son metas destruidas, sueños abandonados y esfuerzos en el olvido.

Tan solo soy esa chica estúpida que no consigue objetivos con frecuencia, y los pocos que consigo me los guardo a mi misma. Nunca me ha gustado mostrar mis metas cumplidas, ni nunca me gustará hacerlo. 
Tan solo soy esa desconocida que te cruzas en un paso de cebra, en una cafetería comprando una botella de agua, o paseando por el centro de la ciudad sin rumbo alguno, que se siente especial pero que nunca lo admitirá ni se mostrará tal y como es. Siempre he visto innecesário mostrar al mundo, o al menos a un simple amigo, de todo lo que soy capaz de hacer, y, es más, estoy segura de que el mundo, y ni siquiera mi simple amigo, llegará a verlo nunca.
Tan solo soy esa diminuta mota de polvo en un desierto de diamantes relucientes, brillando por si mismos, brillando por sus cualidades, brillando por cada objetivo alcanzado, y yo aquí, con un color grisáceo y pálido como prueba de mis esfuerzos no cumplidos, como prueba de las metas que yo misma me destruyo.

Simplemente tiendo a caer cuando veo que me estoy elevando. Simplemente tiendo a destruirme o a esconderme cuando veo que algo bueno está surgiendo de mis adentros. Simplemete soy esa cría que algún día podría triunfar en este mundo de opuestos a mi misma, pero que se que eso es algo casi imposible, o lo menos probable teniendo en cuenta las circunstancias y barreras a las que me someto a mi misma.

Así que me presento: Soy esa chica de la esquina al fondo, la que quiere resaltar pero se esconde delante del chico de la fila de delante, a la que nunca verás en un primer plano. Encantada.






 

sábado, 5 de mayo de 2012

Kill society.

Si, tengo mis virtudes, pero también tengo mis defectos. Como tú. Como todos. Y creo que estaremos de acuerdo en que la sociedad no puede determinar si una persona es hermosa o no. Si tiene un cuerpo espectacular o no. Si es perfecta en todas sus proporciones o no. Que el odio más profundo que podemos tener es a esas personas que nos ensucian cuando nosotros solo queremos limpiarnos de esta mierda de sociedad. Y es así. No tienes porqué sufrir tanto por esto. No es culpa tuya, tan solo es culpa de tu genética. No te machaques tanto. Puede que no te gustes, pero te ha tocado ser así. A ti y a todos. Y puede que no lo creas, pero mientras tú en el espejo solamente ves un bicho raro, una especie de animal sin identificar, asqueroso y horrible, otra persona puede estar viendo algo bueno, algo que les gusta. Algo bonito. ¿Que no eres perfecto? Pues eso lo mejor que te ha podido pasar. Porque lo perfecto está sobrevalorado. Lo perfecto es algo aburrido. Es algo por lo que muchos matarían ser, sin saber lo que conlleva su persona. De vez en cuando hay que saltarse las reglas, romper la rutina, y siendo perfecto es con lo último que puedes lograr esto.
Ya no se trata de gustarle a los demás, se trata de gustarte a ti mismo. Y miras a tu alrededor, y empiezas a preguntarte a qué clase de especie perdida perteneces. Te preguntas porqué a ti, porqué no puedes ser como los demás. Te sientes inferior. Menos. Un cero entre infinitos. Hasta que llega una persona que te quiere por como eres, no por lo que el mundo quiere que seas.


'Un consejo no sirve de nada si el que te aconseja no ha estado en tu misma situación', así que considero que puedo aconsejarte. El caso es que solo te hace falta un empujón, un pequeño impulso, así que levántate y límpiate. Porque esta sociedad no va a poder acabar contigo, ni con nadie.

jueves, 3 de mayo de 2012

A él.

Cuando el deseo se apodera. Cuando tu cuerpo cada vez pide más. Cuando te das cuenta de tus sentimientos. Cuando te das cuenta de que no es amor, y a la vez te das cuenta de que es lo mejor que puedes sentir en ese momento. Desamor. Sólo pasión. Calor. Fuego. Cuando te das cuenta de que los cuentos de hadas son para niñas disfrazadas de mariposas. De que los príncipes azules son para pequeñas inocentes princesas. De que los finales felices son para las historias sin acabar. Cuando te das cuenta de que eso del amor es sólo un maldito cuento que nos han contado desde pequeños con el único fin de, al menos, ser un poco agradables en este mundo. Cuando te das cuenta de que los besos y los abrazos infinitos tan solo son posibles en la oscuridad de una habitación que arde. Es en ese momento cuando te das cuenta de lo que realmente quieres. Y lo quieres de la manera que sea, sólo con la condición de que sea tuyo.