domingo, 10 de junio de 2012

Segunda puerta a la derecha.


Y empiezas a quebrarte por dentro.
Las malas noticias suelen tener ese efecto. Y si las juntas con las ilusiones de tiempos atrás se acaba formando un quiebre gigantesco, como si de un volcán se tratase.
Como un volcán, una simple ilusion como un granito de arena, pero que poco a poco ha ido creciendo en tu interior por culpa, o gracias, a esos pequeños detalles que parecían señales, y que al final han resultado ilusiones que carecían de valor.
Como un volcán, que a partir de ese granito de ilusiones ha ido agrandando su tamaño hasta convertirse en la montaña de fuego que es ahora. Una montaña ardiente, aunque pocas veces templada, que ya es imposible que vuelva a su estado inicial.
La has cagado.
Todo iba bien.
Hasta que un día alguien te sorprende con una noticia inesperada, una sorpresa esperada y deseada al mismo tiempo, sin darte cuenta de eso.
Y tu mecanismo reacciona, y aparecen los primeros síntomas. Los primeros '¿Será verdad?', o 'Bueno, me alegro por él.' Lo único malo es que en toda reacción no suele haber sólo un síntoma.
Después suele llegar el segundo. La segunda sensación. Los '¿Porqué no?', 'Puede que sea lo mejor.' y 'Creo que es lo que quiero.' Cuando te das cuenta de que dices creer, cuando en el fondo lo deseas con más ganas que nadie.
Y al final acaba llegando lo peor. Esa montaña que ahora es una máquina de fuego y de ardor apasionada que no existe nada para poder frenar.
La misma que ahora te grita desde tu interior 'SI, HAZLO.', o 'QUIÉRELE, NO SEAS TONTA, SABES QUE ÉL HACE LO MISMO CONTIGO, QUERERTE.'
Pero de golpe. Pum. Plas. Chof. Cras. Aparece una explosión de sentimientos de un color rojizo, que te quema las ilusiones si las introduces en su interior.
Que te abrasa si te acercas tan solo a unos centímetros a ellos. Que se pueden ver desde mertos atrás. Que se pueden sentir desde kilómetros.
Y te das cuenta de lo que realmente eran esos sentimientos.
Los de él: mentira.
 Los tuyos: ilusiones.








No hay comentarios:

Publicar un comentario